Para algunas personas puede ser angustiante ver cómo se les cae el cabello. Pero no en todos los casos se trata de un presagio de una calvicie inminente o de una enfermedad. De hecho, se estima que todos los días perdemos entre 50 y 100 cabellos, lo cual es absolutamente normal.
"Es algo fisiológico. En el cuero cabelludo tenemos pelos en distintas fases: unos están creciendo, otros están estabilizados y otros se tienen que caer. No hay de qué preocuparse", le dice a BBC Mundo Leyre Aguado, dermatóloga de la Clínica Universidad de Navarra.
Y es que en muchos casos, la caída del cabello es una reacción al momento del año en que estamos y un recordatorio de nuestro pasado.
"Depende de la parte animal que aún conservamos, lo que los dermatólogos llamamos: el estigma filogenético. En todos los mamíferos con excepción de los humanos existe lo que se llama la muda sincronizada anual", le explicó Ramón Grimalt, profesor titular de dermatología de la Universidad Internacional de Cataluña. "Si tienes un perro o un gato, un ciervo o un oso, verás que cada año en primavera todos estos mamíferos se desprenden de modo sincrónico de todo su pelaje para pasar el verano frescos y, a partir de octubre y noviembre, sin tomar ningún suplemento o pastilla o sin ponerse una loción, vuelven a recuperar el pelo".
Pero a diferencia de esos animales, las personas no necesitamos de nuestro pelo para regular nuestra temperatura. De ahí que esa sincronización se haya perdido y que la mayoría tengamos una muda diaria de aproximadamente 50 a 100 cabellos.
El cabello se va cayendo y se va renovando a diario. El doctor Grimalt lo llama: un recambio.
"Conservamos esta tendencia a agrupar estos recambios. A la mayoría no se nos caen 100 cabellos exactamente cada día, sino que pasamos por épocas en que se nos caen sólo 50, 60, 70 y por otras en que se nos recambian 150 ó 200 al día. Y estas épocas coinciden muchas veces con el final del verano y el inicio del otoño", señala el especialista.
Y como sucede con los mamíferos, los cabellos perdidos se recuperan.
¿Cuándo preocuparnos?
Grimalt tiene un método infalible: "Lo que tiene que preocuparnos realmente es nuestra fotografía y no nuestro cepillo".
Y es que el cepillo lleno de pelos se ha convertido en un signo de alarma para muchas mujeres.
Pero, como explica el doctor, detengámonos a pensar en un detalle: si las en general las mujeres llevan el cabello mucho más largo que los hombres, sus 100 cabellos desprendidos ocuparán un volumen superior en comparación con los 100 cabellos que se le caen a un hombre con el pelo corto.
"El recambio estacional es idéntico en hombres y mujeres. Si llevo el pelo cortado a uno o dos centímetros de distancia de la cabeza, los 100 pelos que se me caen cada día prácticamente no los veré porque no se quedan pegados en el peine o en el cepillo, ni los veré obstruyendo la ducha", señala el doctor.
"Que nadie se preocupe por el volumen del pelo que se le cae, se tiene que preocupar por su foto", indica el médico.
Comparar una foto del año pasado con una actual es un buen método para detectar si hay áreas "más claras" en la cabeza. ¿Ves menos pelos? Esa es la señal.
De ser así, es importante consultar al médico para determinar qué está pasando.
"Es absurdo acudir a un peluquero o a una farmacia a buscar 'algo' para el pelo", advierte el doctor. Esa no es la solución. Exámenes médicos darán con la raíz del problema.
Para Aguado el signo de alarma no debe ser el número de pelos que se caen, sino notar que la densidad de pelos que vemos en el cuero cabelludo ha disminuido, que se vean zonas más claras en la cabeza.
Factores:
Existen varios factores que explican que se nos caiga el cabello, como el proceso de envejecimiento, la genética, la pérdida y el aumento de peso constantes, los desbalances hormonales.
En muchos casos se puede tratar de una situación transitoria.
De acuerdo con Harvard Health Publications, revista de la escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, la caída del cabello se debe a diferentes razones:
Efluvio telegénico agudo.
Efectos secundarios por el consumo de un fármaco.
Alopecia androgénica o calvicie hereditaria.
Síntoma de una enfermedad.
Una infección por hongos en el cuero cabelludo.
Alopecia areata.
Alopecia traumática.
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